CIRUGÍA DE REDUCCIÓN DE VOLUMEN (LVRS)

El trasplante pulmonar y la cirugía de reducción de volumen pulmonar (CRVP) son las alternativas quirúrgicas para el tratamiento de los pacientes con EPOC en fase terminal que no han respondido, o han agotado, otros tratamientos más conservadores. El enfisema representa la indicación más común del trasplante de pulmón y se constituye en indicación única para la cirugía de reducción.

La CRVP consiste en resecar alrededor de un 30% del tejido pulmonar con el objetivo de restaurar la fuerza elástica en las pequeñas vías aéreas comprimidas, y reducir así la resistencia espiratoria al flujo aéreo. Es una intervención que generó inicialmente muchas expectativas, que aún no se han conseguido confirmar con los estudios realizados hasta el momento actual. A día de hoy, se mantienen todavía muchas de las controversias iníciales, entre las que destacan, el tiempo de duración de la mejoría clínica y funcional obtenida tras la intervención, los criterios de inclusión y exclusión de pacientes y las posibilidades existentes en cuanto a la aplicación de la técnica (que suelen estar en función de antecedentes personales, distribución del enfisema y enfermedades concomitantes en el momento de la intervención. La CRVP se realiza en pacientes altamente seleccionados, cuando no se consigue mejoría clínica y de la función pulmonar con el tratamiento médico a dosis máximas. Para la mayor parte de los autores la adecuada selección de los pacientes es el punto clave para obtener buenos resultados terapéuticos tras la intervención, pese a ello, por el momento, los criterios de selección no son unánimes y están modificándose, evolucionando, cada vez más, hacia una mayor restricción. En cuanto a la distribución del enfisema, es importante resaltar que los resultados obtenidos con la cirugía son mejores en los pacientes con enfisema heterogéneo que en aquellos en los que la distribución es homogénea. El abordaje quirúrgico puede ser por toracotomía, videotoracoscopia o esternotomía. La mayor parte de los autores consideran que la mejoría de la función pulmonar a largo plazo no está influenciada por el tipo de abordaje quirúrgico. La complicación más frecuente es la fuga aérea. Con el fin de disminuir esta complicación se recomienda reforzar la línea de sutura resultante de la resección del tejido pulmonar con tiras de pericardio bovino o politetrafluoroetileno. Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta en lo que se refiere al tratamiento preoperatorio, es la instauración de terapia rehabilitadora respiratoria. Además, los candidatos han de estar dispuestos a realizar un programa de rehabilitación pulmonar postoperatoria que habitualmente comienza al día siguiente de la intervención.

Resección pulmonar en cuña

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Gammagrafia pulmonar de perfusión

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